Por otro lado, si eres el dueño de un negocio y pretendes contratar a un redactor “freelance”, cuáles son las diferencias entre ambas técnicas te ayudará a ir sobre seguro y a contratar a un redactor que se ajuste al máximo a tus necesidades.
Los redactores de contenido y los copywriters emplean técnicas muy distintas, así como estilos, perspectivas, tonos y, en ocasiones, hasta personalidades.
Tres diferencias clave entre la redacción de contenidos y el copywriting
1. La intención
El copy se escribe con la intención o propósito de generar ventas. Como ejemplo podemos tomar el guion de un vídeo publicitario, una campaña por correo electrónico centrada en las ventas, los encabezados o titulares, los botones de llamada a la acción, el copy para sitios web, las descripciones de productos, los discursos de ventas, los anuncios online… Cualquier cosa escrita con la intención de generar una conversión o una venta.
La persuasión es un elemento clave en el copywriting, centrado como está en objetivos directos y a corto plazo para la obtención de grandes resultados. La redacción de contenidos, sin embargo, tiene el objetivo de generar “engagement” o enganchar a los lectores, a la vez que, con un poco de suerte, los entretiene o los informa
Relacionado: en qué consiste la redacción de contenido SEO
Dentro de esta categoría se incluyen las entradas de blog, la mayoría de las publicaciones o “posts” de redes sociales, vídeos, artículos, guiones de podcasts, la mayoría de las “newsletters” o boletines informativos que te hacen llegar por correo electrónico, la práctica del “guest blogging” o publicación de entradas de blog como redactor invitado… Todo lo que se redacte con el solo objetivo de llamar la atención de los lectores y aumentar la percepción global de la marca.
El objetivo de la redacción de contenidos es lograr que la audiencia alargue su visita al sitio web o a la entrada de blog todo lo posible. La idea es que se empape de la información a su disposición, conecte con la marca y genere lazos de confianza. En esencia, la redacción de contenidos tiene sus orígenes en el periodismo, mientras que el copywriting, por su parte, bebe de la publicidad de respuesta directa.
Ahora que tenemos más clara la intención de cada tipo de escritura, con casi toda seguridad te darás cuenta de que contar con ambos tipos de redacción es crucial para lanzar un negocio con éxito.
2. La dirección
El copywriting es tremendamente unidireccional, ya que es lineal y se centra en una única llamada a la acción: la venta. Los mejores copywriters escriben haciendo un muy buen uso de las estrategias lingüísticas, construyendo cada oración a partir de la anterior, persuadiendo al usuario para que complete la lectura. Un copy efectivo guía con claridad a la audiencia a través de la experiencia de compra, cuyo objetivo final es la venta o la contratación de un servicio.
Los copywriters buscan incansables la manera de reforzar ese sentimiento de urgencia y de “date prisa que se acaba”, sacando a relucir una exhaustiva investigación de mercado y la perspicacia y conocimiento humano a la hora de escribir. Son capaces de dejar a un lado su propia voz o estilo para generar un copy adecuado al cliente.
Por otro lado, la redacción de contenidos es multidireccional, como una conversación entre amigos. Uno se puede ir por la tangente o divagar, emplear técnicas narrativas y proporcionar más detalles.
Piensa en artículos o entradas de blog y en cómo crean esa conversación y conexión con sus lectores. A menudo incluyen enlaces a otras páginas web, a fuentes de información externas, a productos y servicios.
La redacción de contenidos emplea muchas llamadas a la acción diferentes y no está exclusivamente centrada en la conversión. Una buena redacción de contenidos informa, instruye y entretiene a la vez que hace gala de una voz única, propia de quien tiene vocación para transmitir conocimientos.
Este tipo de redactores crean relaciones entre la marca y los lectores. Son ellos a quienes debes acudir cuando un negocio necesita incrementar el tráfico web, la audiencia en redes sociales o la confianza en la marca.
3. El objetivo
El objetivo de un buen copywriter es presentarte una oferta que aumente tu tasa de conversión que, en definitiva, te proporcionará más ingresos. Si un copywriter ha hecho bien su trabajo es porque ha creado una acción y la ha provocado con éxito.
Su objetivo es vender una idea al lector y que este no pueda resistirse a emprender una acción en particular. La interacción con el copywriting es sinónimo de persuasión. En cambio, la redacción de contenidos genera una atracción y un compromiso que promueve el reconocimiento de marca y la lealtad hacia ella.
El objetivo de un buen redactor de contenidos debería ser lograr tanto compromiso o “engagement” como sea posible. Esto se traduce en los ansiados me gusta, en que se comparta el contenido, en aumentar el número de seguidores, generar más comentarios, etc.; a la vez que esta estrategia le añade intención y valor a tu empresa. Cuando la audiencia está participando y se siente atraída por el contenido es porque el redactor ha hecho la tarea como se debe.
Ambas formas de redacción son indispensables para todo tipo de negocios: cuanto más contenido y valor añadas, más lealtad hacia tu marca generarás y más sencillo será aumentar las ventas.
En realidad, un buen redactor le facilita muchísimo el trabajo a un copywriter. Lo ideal es, ya seas lo uno o lo otro, que elijas el perfil que mejor se adapte a las aptitudes requeridas y perfecciones tus destrezas conforme a lo exigido.
El proceso de escritura de estos dos tipos de redacción también difiere ligeramente. Al perfeccionar tus destrezas y especializarte haces que tus habilidades y aptitudes tengan una presencia enorme, facilitando a su vez que encuentres clientes que buscan exactamente lo que ofreces. También te permite cobrar un poco más si de verdad demuestras un buen dominio en uno u otro campo.
¿Qué cosas tienen en común la redacción de contenidos y el copywriting?
- Claridad. Ambos tipos de redacción son directos, claros y concisos, libres de palabras innecesarias.
- Argumentos lógicos y bien fundados. Se lleva a cabo una investigación preliminar para poder justificar posibles reclamaciones.
- Generar confianza. Los dos estilos deben preocuparse por mostrarse dignos de confianza para retener a la audiencia.
- Buen conocimiento básico de SEO. Independientemente del estilo, ambos requieren ciertas bases de SEO para poder llegar al público objetivo.
- Apoyar a la marca. Aunque su aproximación difiera, ambas técnicas de redacción deben remar en la misma dirección: respaldar a la marca.
- Tener buena mano para escribir. La redacción debe resultar interesante y cautivar en los dos casos.
El copywriting sin redacción de contenidos es un buen desperdicio de copy. La redacción de contenidos sin copy es un buen desperdicio de contenido. Ser capaz de mezclar ambas técnicas en una campaña persuasiva no solo tendrá como beneficio más ingresos: te permitirá atraer, servir y conectar con tu público durante el proceso.